El mercado eléctrico chileno presenta interesantes oportunidades de negocio. Por una parte, Chile enfrenta una escasez de suministro de energía y tiene costos marginales y precios significativamente altos (algunos de los más altos de América Latina, así como en comparación con los países mineros). La actual Agenda de Energía del Gobierno pretende hacer frente a una década de políticas energéticas poco integrales e inciertas que han desarrollado ineficientemente el sistema eléctrico. Aunque en el corto plazo la naturaleza del SIC –Sistema Interconectado Central– no va a cambiar, con lo que los precios de la electricidad se proyectan altos y volátiles hasta 2019-2020, los expertos estiman una baja de precios para los 2020s.
La Agenda de Política Energética está principalmente orientada a la promoción de una mayor competencia y diversificación de la matriz energética (ej.: licitaciones de suministro de energía para las empresas de distribución, tales como la notable licitación 2015/01 que concluye en mayo de 2016 por 13.000 GW/h a través de contratos de compra de energía por 20 años (PPAs)). La atención se concentra en energías renovables y en gas. Asimismo, el Estado juega un importante papel en esta Agenda respaldando e impulsando inversión en infraestructura y en conectividad para el desarrollo energético.
Por otra parte, Chile representa un ambiente ideal para invertir en energías renovables, lo que se ha confirmado la última semana con los proyectos de energías renovables adjudicados en la licitación 2015/02 (1.200 GW/h por 20 años). Las energías renovables en el mercado chileno han destacado por su competitividad, lo que se demuestra con su interesante desarrollo a pesar de no contar con subsidios (como sí ocurre en la mayoría de los proyectos alrededor del mundo). La política energética actual está también enfocada en aprovechar la abundancia de los recursos naturales en Chile (4.000 kms. de costa, corta distancia entre las montañas y el mar, los niveles más altos niveles de irradiación solar en el mundo, el 25% de los volcanes en el mundo). De este modo, el objetivo de aumentar de un 11% a un 20% la capacidad instalada de energía renovable no convencional para 2025 dejo de ser visto como una meta poco realista.
Si bien para el financiamiento de proyectos de energía renovable se ha vuelto necesario contar con un PPA, la posición de las empresas de energía renovable para negociarlos ha mejorado. Por un lado, la reducción de costos de generación de las plantas termoeléctricas –dada por la caída del precio del petróleo y los precios más bajos del carbón– permite que, cuando el sol desaparece o hay menos viento, las empresas de energía renovable puedan cumplir sus contratos comprando energía en un mercado spot más barato. Por otro lado, la condiciones naturales de Chile y su vasta experiencia en generación hidroeléctrica deben ser considerados para ofrecer proyectos combinados (ej.: hidro y solar), lo que da mayor estabilidad y por lo tanto mejores condiciones contractuales.
Estos antecedentes demuestran que el mercado de la energía renovable chileno no está limitado a las grandes compañías. Hay buenas oportunidades e interesantes incentivos para medianos y pequeños actores (ej.: acceso preferencial a la red y derechos off-take), y ciertos procedimientos regulatorios se han simplificado (ej.: constitución de concesiones eléctricas y de concesiones de uso oneroso para proyectos de energía renovable).
Desde un punto de vista legal, el inversionista debe tener claro conocimiento acerca de los derechos sobre el área de generación y sobre el área donde se ubica la línea de transmisión (derechos superficiales, concesiones mineras). Los temas de interconexión, aprobación ambiental y permisos de construcción son también aspectos importantes. En efecto, el contrato de interconexión, la obligación de ingresar al Sistema de evaluación de impacto ambiental (para todas las centrales generadoras de energía mayor a 3 MW) y/o los permisos sectoriales suelen ser cuestiones delicadas.
En definitiva, el mercado eléctrico chileno está ofreciendo interesantes oportunidades de inversión, especialmente para proyectos de energía renovable. Menos del 10% del total de los recursos renovables identificados en Chile están en producción, pero dificultades en el financiamiento han impedido el desarrollo de nuevos proyectos.
Manuel José Barros, Abogado, dedicado a temas de recursos naturales, energía y medio ambiente. Linkedin
Foto: Daniel Beilinson (CC0)