Introducción
El concepto y la reglamentación de la Propiedad Industrial están en constante evolución. Con el fenómeno de las startups y el incremento de ideas, apps y softwares de alta innovación, la protección de la Propiedad Industrial se ha convertido en una herramienta de gran valor para el desarrollo de las mismas.
La adecuada protección de la Propiedad Industrial es fundamental para promover los derechos de los creadores-titulares, compartir el conocimiento e impedir a que imitadores y competencia se apropien de sus ideas y trabajo. De aquí, la inclusión siempre más frecuente de cláusulas de propiedad industrial que consagran la titularidad de la startup sobre el trabajo realizado en el seno de la empresa y que regula las “invenciones en servicio”, cuyo efecto es radicar la propiedad en la empresa que paga por los servicios del creador o por el trabajo del empleado.
Para gozar plenamente de los derechos que esta brinda y tutelar jurídicamente el trabajo de nuestra startup, es importante entender los diferentes aspectos y el funcionamiento del sistema de la Propiedad Industrial.
Antes que todo y para evitar confusiones, cabe señalar que la Propiedad Industrial, junto a los Derechos de Autor, son las dos ramas de la Propiedad Intelectual. Cuando hablamos de Propiedad Intelectual nos referimos a todos aquellos derechos que surgen de la actividad intelectual y creativa de la mente humana en el área científica, literaria, artística e industrial. La Propiedad Industrial incluye esencialmente las patentes de invención (derechos exclusivos sobre una invención), las marcas (signos distintivos de productos y/o servicios), los diseños industriales (características y aspectos exteriores de un particular producto) y las indicaciones geográficas (determinan el origen geográfico de un producto).
Aclaradas las definiciones, pasamos a los antecedentes normativos. Los textos legales tanto en Chile como a nivel internacional, han generado un sistema de protección de la Propiedad Industrial práctico y seguro.
A nivel internacional, el Convenio de París y el Acuerdo sobre Derechos de la Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio son los dos principales instrumentos sobre la propiedad industrial. La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) contribuye a su protección, creando un marco legal uniforme, ofreciendo servicios de registro e informaciones útiles.
En Chile, la Propiedad Intelectual está protegida por la Constitución Política de la República (art. 19 Nº 25), el Código Civil (artículo 584), la Ley Nº 17.336 sobre Propiedad Intelectual y sus posteriores modificaciones.
La propiedad Industrial encuentra tutela en la misma norma Constitucional y en la Ley 19.039. que además crea y regula al Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI). Los derechos de Propiedad Industrial comprenden las Marcas, las Patentes de invención, los Modelos de utilidad, los Dibujos y Diseños industriales, los Esquemas de trazado o topografías de circuitos integrados, Indicaciones geográficas y las Denominaciones de origen.
Aunque no exista alguna obligación legal de registrar los derechos de Propiedad Industrial en el INAPI, es un paso necesario para poder efectivamente gozar de un derecho exclusivo y excluyente con limitaciones temporales y territoriales y realizar acciones jurídicas vinculadas como ventas, licencias y transmisiones.
No cabe duda que para una startup, desarrollar un marco jurídico sólido y registrar sus propias creaciones e invenciones conlleva una serie de beneficios y tutelas ante acciones de terceros que fortalecen el negocio y permiten de ejecutar un proyecto sin tantos dolores de cabeza.
Giorgia Vulcano. Abogado
Foto: Lachlan Donald (CC0)
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